La Falta de amor, es la mayor pobreza del ser humano – Sta. Teresa de Calcuta.
mayo 6, 2024Por: Milagro Barahona Montoya.
Confía en Yahveh de todo corazón y no te apoyes en tu propia inteligencia;
reconócele en todos tus caminos y él enderezará tus sendas…
Proverbios 3, 5-6
Hay dos cosas que podemos observar muy marcadas en la vida de los santos, independientemente la misión a la que fueron llamados por parte de Dios, en ellos destacan una vida de oración profunda y por consiguiente un discernimiento digno de admirar e imitar… portal razón definamos en palabras sencillas ¿qué es el discernimiento? El discernimiento es conocer la voluntad de Dios, debemos ser muy conscientes que en la actualidad el discernir muchas veces se confunde con el discernimiento de espíritus que en realidad, es poder distinguir si algo viene como lo llamaría San Ignacio de Loyola, del buen Espíritu, del mal espíritu o de mis propias inclinaciones o humanidad y todavía hay mayor confusión cuando no se manejan, ni aplican de buena forma dichos términos pues esta segunda terminología, se tiende a confundir con el fenómeno de la “discreción de espíritus” lo cual es un fenómeno o gracia mística que experimentaron algunos Santos como Santa Teresa de Ávila…
or qué partimos con esta aclaración, porque es de suma importancia tener la claridad de que, lo que nos mueve a la acción verdadera, es en realidad hacer la voluntad de Dios… pues hay una línea muy delgada, que sin darnos cuenta podemos estar cayendo en un activismo el cual enmascaramos de benignidad, pregonando es la voluntad de Dios, perdiendo de vista este ejercicio de oración-discernimiento, pues como bien menciona Santa Teresa de Ávila cuando daba sus contribuciones sobre, cómo los hechos místicos tienen sus aportes pastorales haciendo mención en su escrito titulado, Meditación sobre los cantares:
P“Nunca dejan de obrar casi juntas Martha y María, porque en lo activo y que parece exterior, obra lo interior” (MC 7,3)… esto nos lleva a plantearnos las siguientes preguntas ¿cómo está mi vida de oración? ¿la limito a un espacio de solo suplica o busco poder escuchar a Dios? ¿en mi oración impongo mis anhelos a Dios? en mi vida y servicio que pueda prestar como laico ¿estoy haciendo la voluntad de Dios? ¿busco ser el hijo o hija de sus complacencias, cumpliendo la voluntad de Dios a imitación verdadera de su hijo, aunque al hacer la voluntad me encuentre con la humillación, la burla, la incomprensión y juicios? ¿realmente estoy ejercitando el discernimiento?
En este aspecto debemos ser muy conscientes que el caminar espiritual no es en línea recta, habrán sus subidas y también habrán sus bajadas, por tal razón, la exhortación de poder revisarnos, para hacer las correcciones que debamos pues cuando el Espíritu Santo a la luz de un buen examen de conciencia, nos permite descubrir que hemos actuado, buscando solo quizá mi propio bien, quizá solo para que otros puedan ver en mi solo acciones positivas y crear buena estima, quizás mis acciones fueron envueltas en terquedad, quizá mis participaciones o aportes son solo por competencias incluso con otros hermanos, pues en mi corazón hay rencillas… no en vano San Francisco de Asís frente al crucifijo de San Damián oró así:
Sumo, glorioso Dios,
ilumina las tinieblas de mi corazón
y dame fe recta,
esperanza cierta y caridad perfecta,
sentido y conocimiento, Señor,
para que cumpla
tu santo y verdadero mandamiento.
Por nuestra propia fragilidad y debilidad es menester de cada uno, mantener la lámpara encendida de la oración de corazón, reconociéndonos ante Dios tal cual somos, pues él nos conoce, nos ama infinitamente y solo si se lo permitimos es quien puede sanar el corazón y la mente, de heridas y traumas que aún empañan nuestra asertividad…
Pues sin una vida de oración y discernimiento como tal estaremos cayendo en lo que expone el Padre Ignacio Larrañaga en su Libro el Hermano de Asís: “Decimos que Dios tiene que estar encima, predominar. Somos nosotros los que queremos estar encima y predominar, y para eso nos erguimos sombre el trampolín del nombre de Dios. Dios nunca está encima. Siempre está a los pies de sus hijos para lavarle los pies y servirlos, o esta clavado en la cruz, mudo e impotente. Somos nosotros los que agitamos nuestros viejos sueños de omnipotencia proyectándolos y mixtificándolos con los derechos de Dios” … “la verdad de fondo es esta: nadie quiere aparecer pequeñito y débil. A pesar de fraseologías, nos avergonzamos de la cuna del pesebre y de la cruz del calvario” …
Sin importar, si tu caminar es largo o corto, preguntémonos si estamos subiéndonos sobre el trampolín del nombre de Dios, hagamos las pausas necesarias para revisarnos y ser conscientes si verdaderamente buscamos hacer la voluntad de Dios y si tenemos la pureza de corazón en nuestras acciones para decir como San Ignacio de Loyola “Ad Maiorem Dei gloriam” para mayor Gloria de Dios…
Animémonos hoy a ir a la oración como los niños pequeños de Dios, para que él nos enseñe los deleites del discernimiento, gran riqueza espiritual a la que muchos santos se dedicaron a escribir y que son de gran enseñanza en nuestros tiempos… solo permítete abrir el corazón y que sea nuestros Señor Jesús quién guíe tus pies para hacer lo que es verdaderamente agradable a los ojos de Dios, pues como expone Fray Oswaldo Escobar su el libro Manual de Discernimiento Teresiano : “En su voluntad está que todos los hombres se salven; es decir, su deseo es perpetuar la existencia de cada uno de sus hijos, proyectarla hacia la eternidad en el amor, lo cual se logra únicamente conociendo al Eterno por excelencia”…
Es la voluntad de Dios que el hombre se salve, experimentando su amor, gracia, perdón y misericordia, preguntémonos hoy ¿me permito conocer a Jesús? ¿o en mi seguimiento he caído en la rutina del afán cotidiano? … Recordemos la frase de San Bernardo Claraval: “Hay quienes buscan el conocimiento por el bien del conocimiento; eso es curiosidad… Hay quienes buscan el conocimiento para ser reconocidos por los demás; eso es vanidad… hay quienes buscan el conocimiento para servir; eso es amor” … cuando discernimos buscamos hacer la voluntad de Dios, la cual siempre nos llevará a un bien mayor, es por esta razón que encontramos en el libro de Proverbios 3, 5-6: Confía en Yahveh de todo corazón y no te apoyes en tu propia inteligencia; reconócele en todos tus caminos y él enderezará tus sendas… Siendo una exhortación, para siempre buscar esa voluntad de Dios que encontramos a través de la gracia del discernimiento, que solo podemos encontrar sumergiéndonos en las profundidades de la oración, permitiendo que Cristo viva en mí y que mi corazón se transfigure en él y con él, por amor a nuestro Padre Dios…
Por: Milagro Barahona Montoya.