Rodolfo Acosta
Yahvé, Padre, creador de cielo y tierra, vengo a ti en el nombre de Jesucristo, tu Hijo amado y Señor Mio, me reconozco pecador y necesitado de tu misericordia, de tu gracia, hoy quiero adentrarme en este tema de manera profunda y asimilarlo de forma tal que pueda vivirlo, experimentarlo. Que sea la presencia del Espíritu Santo quien me sumerja y conduzca en toda su riqueza a deleitarme en las escrituras, en la revelación de esta gran verdad. Amen.
Siempre he escuchado que la gente dice que para qué ir a misa si eso es para las personas buenas, aparte de que seguiré en lo mismo. Eso se deja para los hipócritas.
Oh, Espíritu Santo, ven en mi auxilio. Necesito entender que ocurre en la misa realmente. Si es provechoso asistir. Aunque yo siento la necesidad de estar allí, porque soy pecador, limitado y débil.
Jesús tomo dos elementos naturales el pan y el vino en el contexto de la última cena con sus apóstoles para que simbolicen y se conviertan en su cuerpo y su sangre y lo hagan presente en el sacramento de la Eucaristía: Les aseguro que, si ustedes no comen la carne del Hijo del hombre y beben su sangre, no tendrán vida eterna. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo lo resucitare en el día ultimo. Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, vive unido a mí, y yo vivo unido a él. Juan 6:53-56. Durante la cena, Jesús tomo en sus manos el pan, y habiendo dado gracias a Dios, lo partió y se lo dio a los discípulos, diciendo: -Tomen y coman, esto es mi cuerpo.
Luego tomo en sus manos una copa y, habiendo dado gracias a Dios, se la paso a ellos diciendo: -Beban todos usted de esta copa, porque esto es mi sangre que es derramada en favor de muchos para perdón de sus pecados. Mateo 26: 26-228
¡Santo! Entonces, Jesucristo está vivo en la Eucaristía en cuerpo, sangre, alma y divinidad y cada vez que comulgo me uno a Él, es decir, me convierto a Cristo y vivo su presencia real en mi... interesante, es decir que me renuevo espiritualmente, estoy unido a él, vivo en el y él vive unido a mí.
Realmente, yo no lo había entendido así, pero gracias, Padre bueno, gracias Espíritu Santo, gracias, Jesús Sacramentado. Tus palabras son espíritu y vida.
Pero me surge una interrogante: Como debo sentirme al salir de misa y cuál debe ser mi comportamiento si me convierto a Cristo cada vez que comulgo. Cada vez que recibo el sacramento de la comunión fortalezco conscientemente mi relación con Jesucristo, pues él vive en mí, además del Espíritu Santo, eso en primer lugar. En segundo lugar, debo dejar que ellos actúen por medio de mí, es decir, renovarme, provocar cambios en mí, en mi naturaleza, es como nacer de nuevo, hacer cosas nuevas, diferentes, con un nuevo corazón. Dejarme transformar en algo distinto, dejar que su amor me vaya moldeando a imagen y semejanza suya. O sea que participar de la sagrada comunión alimenta mi alma, le da fuerza, la vigoriza, consuela y anima para amar y servir mejor a Dios nuestro Señor.
Pero si yo no puedo comulgar... que pasará conmigo. Todos somos pecadores. Si decimos que no hemos cometido pecado, hacemos que Dios parezca mentiroso y no hemos aceptado verdaderamente su palabra.1Juan 1:5-10. Muchos de mis pecados son perdonados en la misa si asisto con verdadera fe; pero hay pecados graves que nos dejan comulgar, entre ellos están: Usar de cualquier modo la sexualidad fuera del matrimonio, ya sea a solas o con otras personas, aunque haya consentimiento, brujería, espiritismo o adivinación, emborracharse o drogarse. Inventar, difundir noticias falsas, chismes y calumnias entre otros. Hay que confesarse. Pero al menos puedo orar y pedir a Jesús que entre en mi espiritualmente ya que no puedo comulgar.
Comunión espiritual
Jesús mío, creo que estas realmente presente en el Santísimo Sacramento del altar. Te amo por encima de todas las cosas y te deseo en mi alma. Ya que no puedo recibirte sacramentalmente ahora, ven al menos espiritualmente a mi corazón, y como si ya te hubiese recibido, te abrazo y me uno del todo a ti. Señor no permitas que jamás me aparte de. Amen
Oración
Señor Jesucristo, te alabo y doy gracias por hacerte presente en la Sagrada Eucaristía y estar dispuesto a renovarme y permanecer unido a mi para mi salvación y para que tenga vida eterna. Ayúdame a transformar mi vida mientras salgo renovado y fortalecido de la misa. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amen.